Ya en el barco, el Shaman
se acuesta en la hamaca que llevan los barcos que surcan los ríos en la
Amazonía y junto a el venían varias personas durmiendo tranquilamente.
Como era su costumbre se
pone a fumar su mapacho y se queda dormido. En su sueño alguien le advierte que
ha subido a un barco falso y que el barco estaba siendo tragado por un remolino
por órdenes del Yacuruna. Se despierta asustado y se da cuenta que las personas
que estaban en el barco comienzan a transformarse. Las hamacas eran las boas,
los asientos eran los paiches, las personas eran los bufeos, los sombreros de
las personas las rayas, los asientos chicos eran los motelos, la máquina del
barco era el papa anguila y los hombres agringados eran los bufeos colorados.
El Shamán se dio cuenta
que el Yacuruna lo quería llevar a su reino, a las profundidades del río ,
reacciona y saca las piedras de su bolso con las que prende su pipa ,comienza a
soplar , a icarar y con su soplo hace
que los guardias se
desmayen . Aprovecha la confusión para sacar su wexati y va en busca del
yacuruna, que está en forma de bufeo colorado. Pelea con él dejándolo gravemente
herido aunque con los golpes el Shaman también queda medio inconsciente. De
pronto se detiene el remolino y el barco llega a la ribera del río donde el
Shaman es dejado en la playa pero vivo y luego se reúne con su mujer para
contarle la aventura vivida.
Es así desde aquel
entonces que el Yacuruna le tiene respeto a los shamanes shipibos.
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